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"BUSCAD EL REINO DE DIOS..."

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"BUSCAD EL REINO DE DIOS..."

La sabiduría universal detrás de "No os afanéis": Una enseñanza más allá del dogmatismo

En un mundo marcado por la prisa, la incertidumbre y la constante búsqueda de seguridad, las palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo (6:31-34) resuenan con una profundidad que trasciende lo religioso y se convierte en una enseñanza universal. Este pasaje, lejos de ser una mera exhortación espiritual, es un recordatorio atemporal sobre cómo abordar la vida, nuestras preocupaciones y nuestra relación con lo esencial.


La esencia del mensaje: confianza y prioridades

El texto comienza con una pregunta que, de una u otra forma, todos nos hemos hecho: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?". Estas preguntas reflejan nuestras ansiedades más básicas, aquellas que surgen de la incertidumbre y el miedo a carecer de lo necesario. Sin embargo, la enseñanza invita a no "afanarnos" por estas cosas, no porque sean irrelevantes, sino porque el afán excesivo nos aleja de vivir plenamente el presente.

Jesús contrasta esta actitud con la de "los gentiles", es decir, aquellos que viven sin una conexión con lo trascendente, enfocados únicamente en lo material. Aquí, el mensaje no es de juicio, sino de contraste: cuando nuestra vida gira en torno a acumular o asegurar lo material, perdemos de vista algo más profundo y significativo.


Buscar primero el reino de Dios y su justicia

La frase "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" es el corazón de esta enseñanza. Pero, ¿qué significa "el reino de Dios"? Lejos de ser un concepto exclusivamente religioso, podemos entenderlo como un estado de armonía, de conexión con lo esencial, con aquello que da sentido y propósito a nuestra existencia.

Buscar el "reino de Dios" es priorizar valores como el amor, la compasión, la justicia y la integridad. Es vivir en sintonía con algo más grande que nosotros mismos, ya sea la naturaleza, la humanidad o el universo. Cuando nuestras acciones y pensamientos están alineados con estos principios, lo material deja de ser una obsesión y encuentra su lugar natural en nuestras vidas.


Vivir el presente: "Basta a cada día su propio mal"

El final del pasaje es una invitación a vivir el presente: "No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal". Esta frase es un eco de filosofías como el estoicismo o el mindfulness, que nos recuerdan que el presente es el único momento que realmente tenemos.

Preocuparnos excesivamente por el futuro no solo es inútil, sino que nos roba la paz y la capacidad de disfrutar lo que tenemos aquí y ahora. Esto no significa descuidar nuestras responsabilidades, sino abordarlas con serenidad y confianza, sabiendo que cada día tiene sus propios desafíos y que tenemos la capacidad de enfrentarlos cuando lleguen.


Una enseñanza universal

Lo hermoso de este pasaje es que, al liberarlo de cualquier dogmatismo o preconcepto religioso, se convierte en una guía para cualquier persona, independientemente de sus creencias. Es una invitación a confiar en la vida, a priorizar lo verdaderamente importante y a vivir con plenitud y gratitud.

En un mundo donde el afán y la ansiedad parecen dominar, esta enseñanza nos recuerda que la verdadera seguridad no está en lo que acumulamos, sino en cómo vivimos y en qué ponemos nuestro corazón. Espero que estas palabras puedan resonar en ti con pureza y libertad, como un recordatorio de que, al final, lo esencial siempre encuentra su lugar.

¿Qué opinas de esta enseñanza? ¿Cómo la aplicas en tu vida diaria? Te invito a compartir tus reflexiones en los comentarios.

Con cariño,

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